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Rafael Torres. Ausencia que aún duele

¿Porqué te nos fuiste Rafa cuando apenas pudían haber llegado los días felices? ¿Porqué justo ahora que te tocaban algunas mieles en lugar de las hieles que muchas veces te lanzaron?

Juan Durán Arrieta

domingo, 05 septiembre 2021 | 08:38

He tenido la sensación de que dentro de mi, mi alma llora. Es tal la desolación que el hueco que se abre es enorme. Vivíamos y compartíamos mucho, sobre todo, sueños políticos alimentados por la firme convicción de que trabajamos para construir una sociedad mejor. A la distancia paso y observo solo, completamente solo, el local del partido por el cuál luchó y han luchado muchos más. No hemos encontrado la forma sobre cómo llenar el vacío que dejó. Tenía el tiempo, se lo daba con mucha frecuencia para estar ahí, invitar a discutir a alguno de nosotros sobre tal o cual tema. Los que nos quedamos, todavía no hemos sido capaces de volver y ocupar ese lugar, reiniciar los esfuerzos que implica restablecer el sueño, ahora que emerge la posibilidad de tomar decisiones como un gobierno a punto de asumir. En nuestro grupo de wats, el mutismo nos ha embargado a muchos. Era un animador desde ese instrumento digital. A veces unas cuantas palabras, altisonantes algunas, rasposas otras, encontraba el modo de mantener todo aquello suficientemente abierto, vivo y mordaz. Rafael Torres Enríquez, ahora podemos verlo en su dimensión más real, nos dejó mucho por hacer, nos dejó también una larga memoria y un compromiso por lo que viene, que suele ser lo más difícil. Los primeros pasos han sido titubeantes, a tientas, asomos apenas de lo mucho que tenemos por realizar. Hacer honor a la Cuarta T, pero también a la memoria de los que se han ido, no es una tarea fácil. Aparece inexorable, como amenaza permanente, la posibilidad de un partido como todos los demás. Pero también, todo complicado, ante la ausencia hay que pensar en un gobierno diferente, con otros valores, otras prácticas; en suma, la impostergable necesidad de construir una nueva cultura política en el municipio y su región. La pasada entrega, donde también recordé la vida de Rafael Torres Enríquez, fue suficientemente difundida. Prácticamente todas las personas que conozco leyeron esas letras. Les ha gustado lo que dije, les ha conmovido. En mi fuero interno, mantengo el deseo de que la vida de Rafa, pero también de otros que se han ido, animen procesos que falta por desarrollar en nuestra comunidad, en la organización partidista y en la sociedad toda que amerita otros modos de hacer las cosas. Su ausencia se ha agigantado porque dentro de mi me bulle la idea de lo que hubiera representado para nuestro querido Rafa el triunfo que se ratificó el pasado jueves 26 de agosto. Toda una vida entregada en cuerpo y alma para que triunfara un movimiento de izquierda en Nuevo Casas Grandes, y, cuando llega, algunos de los que lo soñaron ya no están. Nos deja como deuda la necesidad de hacer ahora un buen gobierno en su memoria, un buen gobierno para dejar muestra de que hay razón en la necesidad de que alguna vez el municipio vea por su gente y trabaje para ella con una mística que ponga primero los intereses de la gente por sobre los propios y por sobre los de grupo. La política aquí siempre ha sido llegar con un grupo y ahora gobernar para ese grupo. Estos días entonces han sido aciagos para mi. Cargo un dolor por dentro. Aparece su imagen frecuentemente. Cierro los ojos y lo imagino con su sonrisa amplia, como queriendo ocultar sus emociones. Sé que le hubiera dado gusto, sé que también hubiera hecho lo imposible por discutir desde el partido lo que se piensa de este triunfo, ahora sí, consumado. La parte opositora sigue buscando el modo de poner precarias las cosas. Ya suena a dificultades inútiles, a falta de solidaridad y reconocimiento de la derrota. Suena también a misoginia y suena a clasismo. Es mucho el empecinamiento. No estaban preparados para la derrota; nuestra oligarquía, está claro, no estaba preparada para dar paso a otras maneras de hacer lo público, se muestra intolerante. 'Que perdió el pueblo y no Pichía' dicen a voz en cuello con el dolor ante lo que consideraban como imposible. Nos toca convencerlos. Si no fuera posible, pues habrá que combatir con argumentos su proclividad a ser los mandones, a considerar todas las cosas, incluido el gobierno, a su servicio. Pero, no se trata de otro asunto mas que lo público sea más público. Que ya no vuelva esta política de convertir lo público en negocios privados. Es mucho lo que esta coalición debe mostrar de diferente como para que se note, para que convenza. El neoliberalismo aquí también ha sentado sus reales, aquí también, los dueños de negocios privados quisieran que todo siguiera siendo igual. Cuando digo todo esto, lo sé, comprometo mucho. Lo sostengo porque mantengo vivo el espíritu del sueño que soñó Rafa. Eso implica que, quienes ocupen el gobierno a partir del nueve de septiembre, sean realmente de izquierda y no les gane la vena neoliberal de seguir medrando desde lo público. Se requiere de toda una vocación de servicio, de entrega, de amor al prójimo en el mejor sentido de la palabra, es decir, desde el sentido ciudadano, no necesariamente desde el sentido teológico cristiano que se escucha muy abstracto y poco vivido en la realidad. Ya no está Rafa Torres para decirle que sí se pudo. Ya no está también para intercambiar y analizar este triunfo. No se encuentra tampoco para comenzar a pensar cómo tienen que ser las cosas a partir de ahora en el municipio. Esas respuestas las tenemos que encontrar quienes nos quedamos, esos que abrigamos la esperanza de una sociedad mejor. Los días, aunque brillantes, se miran nublados y apacibles. Junto conmigo, también lloran. Veo una desolación que exige fuerza para salir del marasmo. Superar el pasmo, es la necesidad ahora. Lo haremos. Saldremos más fortalecidos de todo esto, no por voluntad propia sino porque hubo un faro que supo hacérnoslo soñar. Hay que seguir la memoria de las luchas que precedieron a este triunfo. Somos herederos de los sueños de muchos que ya no están. No olvidarlo, aunque no lo parezca, significa tomar con aplomo lo que viene, tomarlo además con la suficiente humildad. ¿Porqué te nos fuiste Rafa cuando apenas pudían haber llegado los días felices? ¿Porqué justo ahora que te tocaban algunas mieles en lugar de las hieles que muchas veces te lanzaron? En la universidad, de la que fuiste pionero, se difundió poco tu partida. Vive, desde hace unos años, poco interés por lo humano. Se encuentra en uno de sus peores momentos. Se desconoce a sí misma, porque lo que es ahora, no representa ni una sombra siquiera de lo que siempre fue. Han querido instalar modos bárbaros de manejarla, no han podido del todo. No podrán ahora que merman sus fuerzas y disminuye su poder. Me queda claro que se hubiera hecho y dicho más, si mantuviera ese carácter humanista que la identificó durante mucho tiempo. Amenazan con enquistarse en ella intereses de grupo mezclados con intereses personales que la han postrado a una existencia sin alma y sin espíritu. Te has marchado Rafa. Soy el único que queda de aquellos que la comenzamos, y esa, es la otra soledad que cargo a cuestas. Vienen otros, entre ellos muchos alumnos que supieron de ti. Ellos representan la sangre de lo que significa el porvenir. Ellos llevarán la huella que como semilla plantamos para que florezcan otra vez la fraternidad, la solidaridad y el amor. Por lo pronto, te oyes a lo lejos como un faro. Palabras espectrales vienen de algún lado para decirnos qué y cómo debemos seguir. Si recogemos los sueños de muchos que ya no están, creo que ellos, nos dan rumbo con el tipo de sociedad que buscaron crear. Son otros los tiempos, pero igual, tiempos diferentes para sembrar y cultivar. Que nazca una semilla nueva en esta sociedad, flagelada y sometida. Como un hombre nuevo, como que asume el reto de la transformación que ya se pone en marcha en todo el país. Queda para nosotros la pregunta: ¿Y como puede vivirse la Cuarta T, la otra política, desde Nuevo Casas Grandes y la región noroeste de Chihuahua? Por otro lado, exijo se resuelvan los problemas de corrupción que hay en la UPN Campus Nuevo Casas Grandes y en la UPNECH. Comentarios: jcdurana@hotmail.com