Habría resultado ridículo que el otrora partido-gobierno se dijera atracado o despojado, cuando realmente atracaba o despojaba…
Arcadio Sánchez/ colaboración especial
sábado, 14 agosto 2021 | 18:15Historia y Memoria de Nuevo Casas Nuestro pueblo, nuestra historia, nuestra memoria, registran diversos episodios de heroicas insurgencias. Así que un nuevo capítulo no debería resultar extraño, ni ser causa para motivar o promover acciones que pretendan a los protagonistas “curarse en salud”.
La impugnación de la elección próxima pasada, ante el Tribunal Estatal Electoral, y la apelación frente al Tribunal Federal del Poder Judicial de la Federación, se inscriben en esa historia de insurgencias. Pero no desde los furibundos ataques, las descalificaciones, las invenciones, elucubraciones, tenebras, rumores o declaraciones malintencionadas, sino desde el propio derecho electoral, desde un discurso que ha tratado de empatarse con la democracia.
Así pues, las instituciones y los procedimientos electorales cuentan con las previsiones suficientes para dirimir los conflictos que, anteriormente, terminaban en despojos o en atracos desde el poder. Habría resultado ridículo que el otrora partido-gobierno se dijera atracado o despojado, cuando realmente atracaba o despojaba…
Nuestro pueblo ha sabido enfrentarse a esas situaciones desde una postura insurgente, rebelde, valiente y decidida. Ese es un aspecto extraordinario de la historia y la memoria de Nuevo Casas Grandes.
Ubico la insurgencia inquilinaria como la primera de estas insurgencias, cuando Juan José Salas Flores y un grupo, principalmente de mujeres, idearon y emprendieron la creación de la Colonia Villahermosa, hace casi cincuenta años.
La siguiente insurgencia se ubicaría en la rebeldía del pueblo frente a los abusos de poder, en este caso contra los cobros excesivos, fuera de contrato, del pavimento en la zona centro de la población. Esta lucha, igual que en el caso de La Villa, aglutinó liderazgos que contaron con el respaldo popular.
Con esos antecedentes, la insurgencia electoral de 1980 es una historia y una memoria colectiva que merecen un capítulo aparte.
Al mismo tiempo de la primera Reforma Electoral contemporánea, en 1977, Ernesto Poblano Fernández arrebataba al poder omnímodo nacional la presidencia municipal de Ojinaga, Chih.
Antes de culminar la Administración, Poblano es enviado, 'en castigo', a Nuevo Casas Grandes, como Recaudador de Rentas.
Unida a los dos movimientos sociales, urbano-populares, anteriores, la lucha inquilinaria y las protestas contra los cobros del pavimento, los inconformes, los rebeldes, los insurgentes, encontraron la vía electoral, para postular a Ernesto Poblano como candidato a la presidencia municipal en aquel icónico 1980.
Poblano y el pueblo de Nuevo Casas Grandes derrotan al partido-gobierno, con el PARM, que los traiciona; con el PST, que igualmente los abandona, y, finalmente, con el nombre del candidato en las boletas electorales.
Pero era el tiempo de un partido-gobierno del “nunca pierdo y si pierdo arrebato”. Se impone.
Pero entonces, nuestro pueblo inventa la INSURGENCIA ELECTORAL, la defensa del voto, la resistencia popular en pro de la democracia electoral. Increíblemente, el pueblo sigue en la lucha a pesar de que el líder también declina, luego de las amenazas desde el poder.
Las imágenes que tengo de aquel entonces son instantáneas de un pueblo organizado que se rebela, que lucha, que exige, que resiste al poder Son esos valores que nuestro pueblo debe no sólo conservar, sino enaltecer, sobre todo cuando tenga que enfrentarse a los abusos de poder y de autoridad.
En 1983, con Julián Hernández como candidato a la presidencia municipal, nuevamente el pueblo sale triunfante. La elección se anula mediante argucias. Realmente, se trata de un despojo, de un atraco desde el poder. La historia se repite: el gobierno y el líder, son superados por el pueblo en lucha.
La siguiente insurgencia, la de 1986, con Salvador Bautista como candidato a la presidencia municipal, tiene sello electoral nuevamente. Con todas las limitaciones de entonces, las diferencias se dirimen mediante los procedimientos de impugnación. El PAN doblega al poder. Bautista y el pueblo bregan contracorriente, pues hasta la dirigencia estatal panista objeta la decisión de Nuevo Casas Grandes. Se hace un plebiscito. Y el pueblo decide que Bautista asuma la presidencia municipal.
Luego de dos atracos, tras dos despojos electorales, finalmente la oposición accede al poder municipal. Y lo hace con una diferencia de unos cincuenta votos, luego de la esgrima, de toma y daca en la anulación de casillas.
La crónica de los años siguientes será de alternancias en el poder municipal, entre el PRI y el PAN, en ocasiones con sus respectivos aliados cuando se registran coaliciones. En 30 años, justamente, se dividen victorias, mitad y mitad; para el 'desempate' gana el PAN, pero con un candidato del PRI, el 2016.
La actual Administración llega al poder sólo con las siglas del PRD.
Para las elecciones próximo pasadas se construye la coalición PAN-PRD, que termina en empate técnico con la coalición PT-MORENA-PNA.
La democracia electoral prevé estas situaciones al través del sistema de impugnaciones y, en su caso, apelaciones.
Tras la impugnación en el TEE, antes de tiempo, curándose en salud, el actual partido-gobierno defiende una ligerísima ventaja y, con ello, la constancia de mayoría; acusan “atraco”, “despojo” e incluso “compra” de magistrados… Nada de eso resulta cierto, pues el TEE falla a su favor…
Que el actual partido-gobierno realice tales acciones y declaraciones, manifestaciones y plantee esos 'argumentos', tratando de empatarse con las insurgencias de 1980 y 1983, suena ridículo, tan ridículo como si así lo hubiese hecho el PRI de entonces, aquella maquinaria electoral, fraudulenta y de poder avasallante.
Ahora, en la última instancia que las instituciones y los procedimientos electorales prevén, el TEPJF, la decisión, sea para uno u otro lado, será inapelable e inatacable.
Tratar de negar o descalificar el derecho de impugnación y de apelación que tiene la coalición PAN-PRD es equivalente a la negación y conculcación de los derechos, por parte del partido-gobierno, en contra de la oposición, en 1980 y 1983.
Actualmente, PAN y PRD resisten, se rebelan y luchan para conseguir un triunfo que consideran les corresponde, por la vía de la democracia electoral.
El PAN y la izquierda, que luego se aglutinó en el PRD, aportaron bellas crónicas a la historia y la memoria de nuestro pueblo, mientras que el 'líder moral' y cabeza del actual partido-gobierno, militaba, pertenecía y escribía himnos al partido-gobierno de entonces
A los herederos de aquellas luchas, de aquellas resistencias, de aquellas insurgencias, de nuestro pueblo, no debe extrañarnos que la oposición siga defendiendo sus derechos.
Historia y Memoria obligan para seguir luchando y resistiendo al poder del partido-gobierno, sea cual sea.
La moneda está en el aire…
Nuevas crónicas insurgentes nos aguardan.