Escaparate

Las empresas de seguridad registran un incremento del stalkerware en los últimos años

Sus anuncios están apareciendo cada vez más en todo tipo de plataformas online, ofreciendo servicios de seguimiento para monitorear a los hijos o, incluso, a los empleados de una compañía.

El Diario de Juárez

lunes, 31 julio 2023 | 10:14

Sus anuncios están apareciendo cada vez más en todo tipo de plataformas online, ofreciendo servicios de seguimiento para monitorear a los hijos o, incluso, a los empleados de una compañía. En algunos casos, hasta tienen canales de YouTube donde explican una y otra vez las virtudes de su producto. Se trata de las firmas de ‘stalkerware’ un nuevo tipo de software diseñado para espiar los celulares de otras personas.

Estas apps son capaces de registrar una impresionante cantidad de datos de cualquier celular, y transmitirlos en tiempo real a un panel de control al que puede accederse de forma remota desde un simple navegador web. Con ellas, los stalkers pueden infectar el teléfono de sus víctimas y leer sus mensajes de Instagram o WhatsApp, supervisar su historial de llamadas, revisar su lista de contactos, e incluso registrar sus contraseñas.

Lo peor de todo es que estas apps se distribuyen por canales legales porque se mueven en ambiguos ‘grises’ legislativos. Los desarrolladores de estas plataformas distribuyen sus aplicaciones bajo el pretexto de orientarlas exclusivamente a la supervisión parental, algo que está permitido en la mayoría de países. Sin embargo, más allá del debate ético sobre esta forma de monitoreo parental, estas apps están siendo usadas con fines mucho más opacos.

Cualquier celular puede estar afectado por el stalkerware

Las compañías de ciberseguridad están detectando un aumento considerable en el uso de este tipo de aplicaciones, que se autodenominan ‘apps de monitoreo’ pero que, en el ámbito de la seguridad digital, son conocidas simplemente como ‘stalkerware’. Debido a su capacidad para registrar toda la información del teléfono de forma remota, estas apps tienen un enorme potencial malicioso que está siendo aprovechado por miles de acosadores online.

Estas apps pueden ser usadas por cualquier persona que quiera espiar a su pareja, cualquier empleador que quiera supervisar a sus empleados, incluso amigos celosos o rivales de nuestros negocios pueden instalar esta clase de ‘stalkerware’ en nuestros celulares para revisar de forma remota todo lo que hacemos en ellos. Y lo peor es que este tipo de malware opera en segundo plano y se mantiene invisible en cualquier celular, Android o iPhone.

El uso de una VPN en México para cifrar nuestra conexión puede paliar el alcance de este monitoreo ilegítimo, y algunas aplicaciones anti-malware pueden detectar los keyloggers y otras formas de software malicioso de este tipo de apps de stalkerware. Sin embargo, el riesgo seguirá estando presente mientras se mantenga la legalidad de este tipo de plataformas. Ante el continuo abuso de estas apps, se hace necesario comprobar hasta qué punto son admisibles.

Unas apps que potencian los conflictos de pareja

Resulta fácil imaginar de qué manera este tipo de apps de ‘control parental’ son empleadas por personas que quieren controlar a sus parejas sin que lo sepan. Es especialmente delicado el uso para monitorear las conversaciones de mujeres por toda la geografía mexicana, lo que, a su vez, puede derivar en situaciones de violencia familiar. Estas apps de monitoreo están contribuyendo peligrosamente a socavar el derecho a la privacidad de miles de personas.

Las empresas a cargo de su desarrollo evitan estas acusaciones y defienden que el mal uso de sus apps es responsabilidad exclusiva de los usuarios. El desarrollo y la distribución de una app con capacidades ‘espía’ no es ilegal per se, al menos no dentro del marco legal actual, debido a que hay casos de uso que sí están permitidos, como el monitoreo parental. Sin embargo, resulta cada vez más evidente que estos casos de uso son la excepción, y no la regla.

En la práctica, estas apps encierran un enorme peligro para la privacidad de cualquier persona, e incluso pueden derivar en actos de violencia física contra ellas. Sobre todo es preocupante su uso para controlar a las mujeres, y, además, la presencia de ‘keyloggers’ integrados en sus sistemas pone en riesgo la seguridad de los datos bancarios de las personas monitoreadas, lo que agrava aún más la situación. Con tantos problemas como tenemos en México, ¿es razonable que cualquier persona pueda hacer un uso libre del ‘stalkerware’?